
El peeling, por definición, no es más que un «pelado» de la piel que será más o menos profundo en función del tipo de producto aplicado, el nº de capas empleadas o el tiempo de exposición al mismo.
Nos centraremos en el «peeling químico», es decir, la aplicación de distintas sustancias químicas, normalmente ácidos, que provocarán el desprendimiento de células muertas y la renovación de algunas de las capas de la piel, resultando un efecto de mayor luminosidad, homogeneización o unificación del tono, atenuación de manchas y pequeñas arrugas…
Beneficios del Peeling Químico
Ya en el antiguo Egipto, Cleopatra lucía una famosa piel «de porcelana» gracias a los efectos del ácido láctico presente en sus tan afamados «baños en leche».
Desde entonces, se ha evolucionado mucho, y se conoce el porqué de los beneficios de aplicar sustancias ácidas en nuestra piel:
- Aumenta la permeabilidad cutánea, favoreciendo la penetración de principios activos.
- Aumenta la producción de colágeno y elastina.
- Favorece el riego sanguíneo a la piel.
- Disminuye la cantidad de melanina (y por tanto, la pigmentación).
- Aumenta el grosor de la epidermis, ofreciendo un aspecto de piel más «brillante y jugosa«.
- Regeneración dermo-epidérmica.
Son muchos los ácidos utilizados para realizar peelings químicos, cada uno con indicaciones específicas, y es habitual utilizarlos combinados para obtener unefecto sinérgico entre ellos, los más usados son, entre otros:
- Ácido salicílico.
- Ácido glicólico.
- Ácido tricloroacético.
- Ácido ferúlico y tranexámico.
Los efectos que se obtienen con un peeling son:
- Al tacto se aprecia una piel más lisa, suave, tersa, elástica y con reducción de pequeñas arrugas y cicatrices.
- A la vista se observa una piel revitalizada, radiante, luminosa, homogénea, con menos manchas.
Más Información sobre los Peelings Químicos
"*" señala los campos obligatorios